En la actualidad, los padres están muy implicados en la salud bucodental de sus hijos y esto es algo muy importante, a la vez que beneficioso, ya que las revisiones de los niños comienzan a edades muy tempranas.
Existen diferentes tipos de "mordida", que podemos clasificar en: CLASE 1, CLASE 2 Y CLASE 3. La primera es la ideal, la que los ortodoncistas queremos conseguir cuando finalizamos nuestros tratamientos, aunque, en ocasiones, esto no es posible.
La CLASE 2 se caracteriza porque el maxilar superior está más adelantado que la mandíbula.
La causa de este tipo de maloclusión, puede deberse a exceso de crecimiento del Maxilar Superior, Déficit de crecimiento mandibular o a ambas cosas.
Estos casos, tratados en la niñez, responden muy bien y el éxito del tratamiento suele estar asegurado, pero, si dejamos que sigan evolucionando hasta llegar a la edad adulta, el tratamiento será mucho más complejo, teniendo que realizar, en muchas ocasiones, extraciones de premolares y en casos más graves, la cirugía.
En el caso de las CLASES 3 las causas pueden ser muy diversas: Herencia genética, malposiciones dentarias, la posición de la lengua, exceso de crecimiento mandibular, déficit de crecimiento del maxilar superior o ambas cosas.
Estos caso son los más complicados de resolver teniendo que comenzar el tratamiento a edades muy tempranas y hacer un seguimiento hasta la edad adulta, pudiendo tener recidivas.
Podemos concluir que, es muy importante la edad de comienzo de la ortodoncia, ya que en la infancia, podemos aprovechar el crecimiento óseo, sin olvidar, la implicación del paciente y de sus padres, porque de ello depende una gran parte del éxito del tratamiento.
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